Texto Rodolfo Andaur

La artista visual chilena Claudia Müller ha estado imbuida en una investigación de campo a partir de su residencia en Kiosko. 

A raíz de este espacio creativo, ha visitado algunos hitos geográficos del oriente boliviano tales como Espejillos, río Blanco de Urubichá, laguna Socorro Suarez, río Cachuela Yotaú, y las cascadas de Cuevas en Samaipata.

Bajo este panorama, Müller ha estado explorando, incansablemente, las diversas narrativas tanto de los ecocidios hidrográficos, así como también de aquellas problemáticas que a través de estos paisajes circundan la desertificación. 

En esta ocasión ella nos presenta dos líneas específicas de su trabajo. Por un lado, este proyecto contempla filmaciones submarinas en distintos ríos que provienen de los Andes, de aguas fluviales y del Amazonas. Y por otro lado, exhibe la relación del flujo del agua dentro de canaletas fabricadas con tacuaras recolectadas de material leñoso sin vida.

Estos lugares de exploración también han sido asimilados a los imaginarios relativos a la Jichi y las anacondas como guardianas de las aguas y ríos de un sin número de sectores amazónicos.

En resumen, la artista no solo ha acarreado las desdichas de la fragilidad hídrica, sino que además las ha relacionado con los simbolismos que acarrean un sin número de localidades que hoy más que nunca buscan una solución a la interminable sequía.